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miércoles, 5 de diciembre de 2012

DECLARACIÓN PÚBLICA OBSERVATORIO METROPOLITANO NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES VÍCTIMAS DE EXPLOTACIÓN SEXUAL COMERCIAL


Frente a la dolorosa y delicada situación acaecida en el país por la identificación de una red de explotación sexual de niñas que opera desde el año 1993, como Observatorio Metropolitano de niños/as y jóvenes víctimas de explotación sexual (ESCNNA), queremos hacer el siguiente llamado:

“Ante todo se debe tener presente la dignidad de los niños, niñas y adolescentes que son vulnerados en sus derechos”.

La explotación sexual comercial (ESC) es una de las peores vulneraciones a las cuales están expuestos nuestros niños, niñas y adolescentes. Es consecuencia de una historia traumática de vulneraciones, vivenciadas desde la primera infancia, que se enmarca en contextos de desigualdad y exclusión.

Es necesario considerar un contexto individual, familiar y social para comprender la magnitud del daño experimentado por los niños, niñas y adolescentes víctimas. Son historias de vida marcadas por el maltrato y el abuso tanto fuera como dentro de sus familias, las que a su vez no han desarrollado su capacidad de protegerlos dadas las vulneraciones que sus miembros históricamente han vivido.

Este contexto determina que los niños, niñas y adolescentes vayan asumiendo como “natural” una forma de relacionarse con los adultos que atenta contra sí mismas/os, disociando sus sentimientos de su actuar. Los explotadores se presentan ante ellos como adultos seductores que les entregan “atención”, de esta manera manipulan y se aprovechan de sus necesidades de afecto,  utilizándolos como una mercancía transable para su satisfacción personal.

Frente al desbaratamiento de la red se ha señalado en diversos medios la cuota de responsabilidad de jóvenes de 16 o 17 años de edad argumentando que poseen discernimiento frente a la situaciones de explotación. Como Observatorio Metropolitano consideramos sumamente grave esta postura, que olvida el inexcusable atentado contra la dignidad humana involucrado en el intercambio con fines sexuales y el daño que éste genera, reforzando y naturalizando el círculo de la explotación al responsabilizar a los niños y jóvenes y no a los clientes y explotadores. Son éstos quienes, valiéndose de la seducción y de su poder económico y/o afectivo, se aprovechan de su vulnerabilidad para la obtención de placer sexual. La responsabilidad nunca está del lado del que está siendo vulnerado.

Cabe destacar, que tener relaciones sexuales a cambio de dinero u otras prestaciones de cualquier naturaleza con  niños, niñas y adolescentes es un delito. Esta realidad se tiende a invisibilizar o bien a naturalizarse, de ahí que sea necesario reforzar los compromisos de todas las instituciones intervinientes y de la sociedad completa. Todos somos responsables de proteger a los niños, niñas y adolescentes de esta forma de esclavitud del siglo XXI; está en cada uno de nosotros el deber de la detección, protección  y la denuncia.


Corporación Opción
ONG Raíces
ONG Social Creativa


Centro de Políticas Públicas UC
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Sename